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Mayo 2009

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OPINIÓN

La evaluación de centros adscritos: un camino para la mejora de las instituciones de educación superior

Olga Ortega Solsona - Directora de la Escola Universitària d'Infermeria del Mar, presidenta de un Comité de Evaluación Interna

El Programa de Evaluación Institucional de Centros Adscritos a las universidades públicas catalanas, desarrollado por AQU Catalunya junto con la Dirección General de Universidades y las universidades catalanas, promueve la mejora de las condiciones del contexto en los cuatro pilares básicos de la institución: formación, gobierno, recursos humanos y recursos materiales. El abordaje y desarrollo de las titulaciones de grado y posgrado en el marco del Espacio europeo de educación superior (EEES) con garantías de calidad son quizá la principal meta de este programa.

El proyecto de evaluación institucional en nuestro centro tiene como objetivos básicos el cambio, la innovación, la reforma y la mejora institucional, siendo el cambio y la mejora continua los elementos clave y la razón de ser de la evaluación en nuestra institución.

Para alcanzar dichas finalidades hemos considerado importante la precisión diagnóstica y la formulación de los problemas de la institución, así como el reconocimiento de las fuerzas y los recursos disponibles para resolverlos, de acuerdo con los distintos estándares y criterios de los programas valorados.

Sin embargo, esta evaluación institucional nos ha permitido reconocer e identificar las buenas prácticas institucionales y darles un nuevo significado en los futuros escenarios europeos de educación superior, así como rendir cuentas a los propios proveedores y beneficiarios de la educación específica del centro.

Desde esa perspectiva, la evaluación se ha convertido en un medio para una finalidad: básicamente, ha sido una práctica formativa que nos ha permitido crear un entorno facilitador y a la vez promotor de procesos de autoevaluación, en relación con los estándares básicos de calidad educativa (formación, gobierno, recursos humanos y materiales, investigación e innovación).

El éxito de la (auto)evaluación está fuertemente relacionado con la implicación de la comunidad educativa, desde cada una de las singularidades de sus componentes, mediante la realización de un trabajo comprensivo e interpretativo del centro. Los miembros de la comisión de autoevaluación han estudiado las diversas informaciones disponibles y han valorado cada una de las evidencias del centro siguiendo los programas básicos de evaluación (formación, gobierno, recursos humanos y recursos materiales) y los criterios establecidos para cada uno de sus estándares, a fin de construir juicios compartidos.

La finalidad de esta evaluación ha sido claramente formativa, puesto que nos ha permitido comprender la dinámica particular del centro y establecer, mediante el diálogo, las medidas a adoptar para un mejor funcionamiento de todos y cada uno de los ámbitos evaluados, incluyendo a las personas y los recursos que actúan e intervienen en él.

Desde una perspectiva comprensiva, nuestro interés como evaluadores se ha dirigido, sobre todo, a los fenómenos y procesos interactivos de nuestro contexto institucional, sin dejar de considerar las relaciones causales entre las distintas variables de entrada, de proceso y de resultados de este sistema.

Hay que resaltar, especialmente, el valor formativo y formador de la evaluación institucional. En ese sentido, nuestra experiencia nos ha permitido comprobar y resignificar la importancia de esta finalidad evaluativa y considerarla como un proceso continuo, sistemático y constructivo que, mediante la autoevaluación, la participación, la reflexión y la autonomía de los agentes del centro, permite actualizar permanentemente niveles de calidad institucional.

En relación con el papel del comité de evaluación interno (CAI), sus miembros han podido acceder a toda la información necesaria para conocer y comprender la realidad educativa de nuestro centro y titulación. No obstante, se han analizado y estudiado de forma conjunta las distintas evidencias requeridas para establecer las fortalezas y debilidades de cada uno de los estándares y criterios del programa, mediante la comparación de las informaciones obtenidas y los criterios de calidad predefinidos por AQU Catalunya.

El CAI ha utilizado una metodología de trabajo bastante satisfactoria, lo que ha producido un autoinforme objetivo, claro y alineado con el informe final elaborado por el comité de evaluación externo (CAE), y ello nos ha permitido establecer planes de mejora institucional para alcanzar niveles de calidad más avanzados y poder así enfrentarnos con garantías a los requerimientos educativos del EEES.

Este proceso de autoevaluación y evaluación insta al centro a promover de forma continua objetivos de mejora y de autorregulación institucional, retomando el carácter formativo de la evaluación institucional como el núcleo de la acción educativa y de los procesos de garantía de calidad, tanto en la titulación de grado como en otros proyectos de formación continua y posgrado.

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