Marzo 2013
Ya hace cinco años que en la UPC pusimos en marcha la evaluación de la actividad docente del profesorado de nuestra universidad siguiendo el correspondiente manual. Este manual se desarrolló de acuerdo con las directrices de AQU Catalunya y fue aprobado por el Consejo de Gobierno de la UPC, y posteriormente homologado por la propia AQU Catalunya. Siguiendo dicho manual, en estos momentos ya se han evaluado un total aproximado de 1.500 solicitudes. Además, estamos acabando la renovación de las cinco comisiones evaluadoras específicas de este proceso y estamos entrando en su reacreditación. Al mismo tiempo, también estamos actualizando el citado manual de evaluación docente, a fin de recoger la solución a varias situaciones que no supimos anticipar en su momento y que han ido surgiendo durante los últimos cinco años, como por ejemplo la implementación de las nuevas titulaciones del EEES con las nuevas unidades de medida de la actividad docente (créditos ECTS), las nuevas figuras de contratación de profesorado, etc. Todo ello hace pensar que ahora es un buen momento para reflexionar un poco sobre su implementación, funcionamiento y resultados.
En primer lugar, hay que decir que la implementación de todo el procedimiento de evaluación descrito en el manual se ha basado en el desarrollo de una aplicación informática que ha tenido como principal objetivo la minimización de todo el proceso burocrático asociado, de forma que la actividad de todos los agentes implicados, solicitantes y evaluadores, pueda concentrarse en la propia evaluación y no en la producción de documentos. Esta aplicación ha sido desarrollada en el Gabinete de Planificación, Evaluación y Calidad (GPAQ) de la UPC y hace un uso extensivo de varias bases de datos donde ya se encuentra la mayor parte de la información para formalizar las solicitudes de evaluación docente. De ese modo, cuando se pide a las personas solicitantes que proporcionen la información necesaria para ser evaluadas, estas solamente deben dar su conformidad al contenido de la aplicación y solo en muy pocos casos proporcionar información adicional. El funcionamiento de esta aplicación ha recibido comentarios muy positivos, tanto dentro de la UPC como en distintos foros en los que se ha presentado.
En segundo lugar, recordaremos los distintos ingredientes que forman parte del proceso de evaluación del profesorado, que son muy similares a los del resto de las universidades públicas catalanas, incluyendo distintas reflexiones sobre los mismos:
Por último, uno de los agentes más importantes de todo el procedimiento de evaluación son las comisiones evaluadoras, que se encargan de redactar los informes de evaluación de los profesores a partir de toda la información recogida en la aplicación. Cada comisión está formada por tres miembros nombrados por el Consejo de Gobierno más uno nombrado por el ICE. Existe una comisión por cada uno de los ámbitos temáticos de las titulaciones de la UPC:
A la hora de nombrar a los miembros de las comisiones, siempre se ha buscado su máxima representatividad, maximizando el número de departamentos y figuras de profesorado presentes. En estos momentos estamos finalizando la renovación de las citadas comisiones, que se ha hecho por mitades, a fin de asegurar la máxima continuidad en los criterios y procedimientos empleados evitando discontinuidades manifiestas en el tiempo.
Una particularidad del manual de evaluación docente de la UPC es que, al profesorado que haya obtenido la máxima calificación, se le reconocen méritos docentes de especial calidad mediante un diploma firmado por el rector.
Por otro lado, los resultados de la evaluación docente del profesorado se utilizan no solo a efectos de los complementos económicos autonómicos, sino también como mérito para formar parte de varios tribunales, para distintos tipos de solicitudes, para la evaluación del régimen de dedicación del personal de la UPC, etc.
Para finalizar, hay que decir que cada año, una vez terminado el procedimiento de evaluación docente, todos los agentes implicados son consultados acerca de su opinión sobre el proceso, a fin de incorporar posibles mejoras y eliminar posibles malos funcionamientos. Tras cinco años, el grado de satisfacción de todas las personas implicadas es bastante elevado.