Publicación bimestral de AQU Catalunya

68

Septiembre 2013

El proceso de verificación ha sido especialmente positivo para nosotros, ya que ha coincidido con el hecho de que Eòlia, pese a haber sido fundada en el año 2000, recientemente ha iniciado su camino como escuela superior. Este paisaje de cambio nos ha permitido llevar a cabo un proyecto integral, adaptando todos nuestros planteamientos organizativos y programáticos a los requerimientos del marco universitario en el que ahora estamos inscritos. Obviamente, el exhaustivo proceso de verificación (en esta fase introductoria) nos ha permitido hacer una profunda reflexión sobre nuestro proyecto desde parámetros con los que no siempre estábamos familiarizados. A pesar de todo, el planteamiento del Plan Bolonia tiene un encaje especialmente rico y apropiado en los estudios artísticos, más que en otros ámbitos del conocimiento. Y en el terreno pedagógico nos ha permitido realizar un planteamiento muy consistente sin tener que traicionar nuestra propia filosofía de trabajo.

Al fin y al cabo, el seguimiento de calidad para cualquier centro debería suponer la aplicación de una serie de medidas sostenibles de acuerdo con su filosofía y sus recursos. No debe entorpecer el desarrollo de la vida del claustro ni del alumnado, sino convertirse en una red orgánica que haga de las medidas de control un sistema de análisis y de mejora constantes. Si Bolonia —y el seguimiento de calidad— tiene que representar la fusión de esos dos niveles, entendemos que la adopción de estas medidas y protocolos de control son una herramienta indispensable que cualquier centro debería abrazar de buen grado. En definitiva, el principal punto de inflexión del proceso de verificación es la asimilación orgánica y real de esos parámetros de calidad.

En este sentido, el rol consejero que AQU Catalunya ha adoptado —junto con el Departamento de Educación— en nuestro proceso es muy valioso, tanto por lo que aporta explícitamente como por lo que significa. No hay duda de que nos obliga a desplegar una serie de protocolos formales que nos generan un importante esfuerzo estructural, pero también nos ayuda a enriquecer nuestra mirada sobre la aplicación de las medidas de calidad en nuestro centro. Y asimismo entendemos que nos habilita y nos legitima en el contexto de la vida universitaria, puesto que nos acompaña en la dirección de las mismas obligaciones que tienen las grandes universidades. A fin de cuentas, el objetivo debe ser que nuestro país dé culturalmente un paso adelante, y se reconozcan las enseñanzas artísticas del mismo modo que en el resto de Europa. En definitiva, la esencia del arte es la propia práctica del arte. Y, si echamos a los artistas de la universidad, solamente empobrecemos el futuro de la cultura, impidiendo en última instancia que los trabajos artísticos puedan convertirse en oficios intelectuales.