Publicación bimestral de AQU Catalunya

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Noviembre 2013

Ha llegado el momento de despedirnos del Secretariado de la INQAAHE —la Red Internacional de Organismos para la Garantía de la Calidad en la Educación Superior—, cargo que hemos ocupado desde la Organización de Acreditación de los Países Bajos y Flandes (NVAO) durante casi seis años. Como secretario saliente, me han pedido unas breves reflexiones sobre esta etapa. Lo primero que me viene a la mente es la gran cantidad de correos electrónicos que llegaban cada día a mi bandeja de entrada. Y solo me estoy refiriendo a los mensajes que no formaban parte de la actividad diaria, que se sumaban a los que llegaban a la dirección secretariat@inqaahe.org y eran diligentemente atendidos por Carolien Hennekam y, con anterioridad, por Esther van den Heuvel. Ellas, que constituían el verdadero Secretariado, dedicaban todo su tiempo a resolver los asuntos de la INQAAHE: la planificación y preparación de las reuniones de la Red, por lo que debían hacer el seguimiento de los miembros y presidentes de las comisiones para que propusieran temas, ponencias y la composición de los panels, y a la vez ayudar a los organizadores locales para que la conferencia se desarrollara sin problemas; los correos electrónicos diarios relacionados con la solicitud de admisión de nuevos miembros y la renovación de los existentes; la ratificación de los candidatos que habían solicitado adherirse a las "Directrices de buenas prácticas"; los programas de becas que la INQAAHE ofrece a sus miembros; la gestión diaria de expedientes y actas de la Red; los informes anuales y los boletines informativos. Sin olvidar el seguimiento económico y la redacción de los informes financieros que debían entregarse periódicamente al tesorero y al Consejo de Dirección.

Como secretario, recibía los correos electrónicos más atípicos, pero no por ello menos interesantes. En primer lugar, mantenía una comunicación constante con el presidente de la INQAAHE. Casi cada día nos consultábamos algún asunto, relacionado principalmente con temas derivados del plan estratégico de la Red y, en especial, sobre cómo llegar a acuerdos respecto a las iniciativas acordadas por el Consejo de Dirección y la Asamblea General. Los e-mails de los miembros del Consejo de Dirección llegaban a cualquier hora del día o de la noche, lo que refleja el alcance mundial de la Red.

Este ámbito de actuación a escala mundial es lo que más he aprendido a valorar de la INQAAHE. La Red es el lugar ideal para compartir experiencias sobre asuntos relacionados con la garantía de la calidad en la educación superior en todo el mundo; el lugar, citando la Constitución de la INQAAHE, donde "crear, recopilar y difundir información sobre las teorías y las prácticas existentes y en desarrollo para la evaluación, la mejora y el mantenimiento de la calidad en la educación superior". Europa, Asia, América del Norte y América del Sur tienen sus propias redes regionales, con una importante actividad local, pero es a través de la INQAAHE donde compartimos los asuntos que más nos preocupan. La internacionalización de los planes de estudio y la movilidad de los estudiantes son temas candentes en Europa, pero no tanto en los países de Latinoamérica que comparten una misma lengua y una misma cultural y donde el valor añadido de un período de estudios en un país vecino es mucho menos obvio. Y mientras que en algunos países del mundo la evaluación de la calidad de una institución se realiza recopilando datos detallados sobre 350 indicadores, otros países han querido evitar este exceso de burocracia y piden a la institución que responda libremente tan solo cuatro preguntas básicas: ¿Cuál es su visión con relación a la calidad de sus programas? ¿Puede demostrar que aplica medidas adecuadas para implementarla? ¿Puede demostrar que conoce hasta qué punto se implementa dicha visión? ¿Puede demostrar que mejora sistemáticamente la calidad de sus programas siempre que se le exige? Un procedimiento bastante distinto. Son tan solo dos ejemplos, y en la INQAAHE es donde se comparan estas prácticas y se sopesan sus pros y sus contras.

Si la INQAAHE no existiera, debería crearse. Responde a la necesidad básica de desarrollar una teoría y una práctica de alcance mundial en el campo la garantía de la calidad en la educación superior.

Nos complace enormemente que AQU Catalunya sea el organismo propuesto para hacerse cargo del Secretariado en los próximos años. Estamos convencidos de que estará en buenas manos y le deseamos todo lo mejor.