Publicación bimestral de AQU Catalunya

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Julio 2014

Como ya viene siendo habitual, cada tres años AQU Catalunya coordina el lanzamiento y el análisis de la encuesta de inserción laboral de nuestros titulados universitarios, un estudio financiado por los consejos sociales de las universidades públicas, de las universidades privadas, de los centros adscritos y de AQU Catalunya. No hace falta que subraye ni el alcance de este trabajo, con más de 25.000 titulados encuestados este año, ni su oportunidad en un momento de grave crisis en todo el país. Tampoco me entretendré en este editorial ni en la contrastada metodología que utiliza el estudio ni en su impacto, que es suficientemente conocido y relevante.

Ahora bien, sí que me gustaría destacar aquellos dos aspectos más novedosos que han hecho que este año este proyecto haya dado todavía un paso más. En primer lugar, la participación de prácticamente todo el sistema universitario catalán, no solo con todas las universidades públicas y privadas del sistema, sino también con 24 centros adscritos; y en segundo lugar, la incorporación por primera vez en la encuesta de los titulados de máster, lo que completa el estudio con todos los niveles de formación universitaria existentes. Por lo tanto, el estudio incluye, por primera vez y de forma totalmente pionera, a la práctica totalidad de los titulados universitarios del sistema universitario catalán.

Tampoco entraré en detalle en los resultados obtenidos, que son comentados posteriormente en este mismo boletín, o más extensamente en el boletín de AQU Catalunya, aunque sí que me gustaría subrayar en primer lugar aquello de lo que todos estamos convencidos y que se desprende de la encuesta: estudiar en la universidad sigue siendo muy rentable. Claramente, a más nivel formativo, más aumentan las posibilidades de encontrar trabajo, la calidad de este trabajo (temporalidad, sueldo...) y la satisfacción con el mismo. También se confirma que, a pesar de la elevadísima tasa de desempleo juvenil en nuestro país, los universitarios no solo son los menos afectados por la crisis, sino que, además, han sufrido menos este aumento del desempleo con respecto a los jóvenes con un menor nivel formativo. A todo ello es preciso añadir que, si bien es cierto que se detectan ámbitos de mejora de los estudios universitarios, en especial en determinadas competencias a las que año tras año la universidad debe dar respuesta, también es evidente que en cada edición de la encuesta la diferencia entre lo que ofrece la universidad y lo que requiere la sociedad disminuye en general. Y por encima de todo, un dato que creo que es muy revelador: muy mayoritariamente, nuestros titulados están satisfechos con la formación recibida. No hay mejor indicador que comprobar que la mayoría de nuestros titulados repetirían los estudios que han realizado en nuestras universidades.

Sin embargo, no hay que caer en ningún tipo de complacencia, sino al contrario, ver qué podemos hacer para mejorar cada titulación. Y es por ello que quisiera destacar el tercer bloque de información que incluye la encuesta. Así como el primero y el segundo hacen referencia a aspectos de «marcado impacto periodístico», como son la ocupación y la satisfacción con esta ocupación, el tercero se refiere específicamente a la formación y, por lo tanto, a la universidad. Las universidades tienen que leerlo en una clave mucho más interna. Concretamente, en este bloque se analiza cada uno de los títulos que se imparten en la universidad de forma individual, destacando sus fortalezas y debilidades. De este modo, logramos tener una radiografía del sistema que nadie más, al menos que sepamos, tiene. El estudio nos aporta una información privilegiada para todo el sistema, y ayuda a los futuros estudiantes a escoger sus estudios y, sobre todo, a los responsables de los mismos (decanos, coordinadores de estudio...) a mejorarlos de forma continuada.

Sin lugar a dudas, puedo asegurar que somos un referente a escala estatal y europea en cuanto a un estudio de estas características. Debemos aprovecharlo todos y analizar el estudio con tanto detalle como sea necesario, con todas las interpretaciones y cautelas que sean precisas, de modo que nos ayude a que, día a día, tengamos un sistema universitario catalán aún mejor.

Os presentamos este análisis, que hemos iniciado con los datos referentes a ciclos y doctorados, que ya son públicos en el web de AQU Catalunya desde hace pocos días. Por otro lado, permanecemos a la espera de los resultados de la encuesta a los estudiantes de máster que completa el estudio, que muy probablemente publicaremos antes de que finalice el año.