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Noviembre 2008

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OPINIÓN

Perfiles, políticas de contratación y evaluación del rendimiento del profesorado

Gill Nicholls - Vicerrectora académica de la Universidad de Salford

La evaluación de la docencia es y será siempre un tema controvertido que debe mostrarse sensible a las necesidades de desarrollo del profesorado, a la vez que debe garantizar a la universidad que sus alumnos sean los destinatarios de una docencia y unas situaciones de aprendizaje de calidad.

La garantía de la calidad puede ser vista como una imposición a la autonomía del personal académico, aunque también puede ser considerada una herramienta muy acertada para garantizar la coherencia, la igualdad, la paridad y la autonomía del desarrollo de unos estudios académicos innovadores, que miren hacia el futuro y se centren en el alumno.

El contexto

Es importante establecer el contexto en el que se evalúa la calidad de la docencia en Inglaterra:

  • Perfiles de profesorado
  • Recientes iniciativas gubernamentales han introducido cambios en el campo de la docencia y el aprendizaje
  • Estándares profesionales de alcance nacional
  • Titulación del profesorado
  • Desarrollo profesional continuo
  • Supervisión del rendimiento

Perfiles de profesorado

Existe una mezcla de perfiles para la contratación de personal docente en las universidades. Dicha mezcla incluye: contratos académicos, contratos exclusivos de docencia, contratos exclusivos de investigación y asistentes titulados.

El contrato académico es el tipo de contrato más común, y exige al profesorado que desarrolle tareas en los siguientes campos:

  • Investigación
  • Docencia
  • Administración

Cada uno de los elementos mencionados puede tener una carga distinta dependiendo de la antigüedad del cargo.

Aunque el contrato exclusivo de docencia se utiliza en distintos contextos, suele aplicarse cada vez más en universidades con una intensa actividad investigadora como medio para liberar a los investigadores clave de la carga docente. El personal con contrato exclusivo de docencia sólo es evaluado en este campo. La cuestión, sin embargo, es que muchas universidades deben crear itinerarios profesionales específicos para el personal exclusivamente docente, puesto que los criterios de promoción habituales se basan en que el personal docente lleve a cabo labores tanto de docencia como de investigación y administración.

El contrato exclusivo de investigación suele aplicarse al personal asociado a la financiación de la investigación, y como tal tiende a firmarse por un período establecido en lugar de tener carácter permanente. En general, el personal con contrato exclusivo de investigación no está obligado a llevar a cabo ningún tipo de actividad docente.

Es importante no perder de vista que en Inglaterra el personal académico es libre de cambiar de institución y de escoger en qué universidad desea optar a un puesto. Las universidades son instituciones autónomas, con plena libertad para anunciar sus vacantes académicas y elegir a la persona que crean más adecuada para cubrir las necesidades del puesto en el seno de la institución. El personal académico no tiene la categoría de funcionario; firma su contrato individual con la universidad y puede negociarlo dentro de unos parámetros establecidos.

Recientes iniciativas gubernamentales han introducido cambios en el ámbito de la docencia y el aprendizaje

Recientemente, el gobierno ha impulsado iniciativas en la estructura descrita con el objetivo de cambiar y mejorar la calidad de los recursos de aprendizaje que se ofrecen a los alumnos de la educación superior. Este proceso empezó con el Informe Dearing, que ha llegado a ser muy influyente. Como consecuencia del informe, todas las universidades tuvieron que elaborar estrategias institucionales de docencia y aprendizaje. Una vez diseñadas correctamente, las universidades recibían financiación nacional para mejorar la calidad de la docencia y el aprendizaje a partir de las mencionadas estrategias y los consiguientes objetivos. Un elemento clave de las estrategias fue la introducción de la profesionalización de la docencia, lo que produjo una variedad de modelos de desarrollo académico que reflejaban la diversidad de las universidades.

Estándares profesionales de ámbito nacional

La Higher Education Academy (HEA), cuya misión consiste en apoyar la mejora del desarrollo académico y la experiencia del estudiante, fue creada para asistir a las universidades en la profesionalización de la docencia. A lo largo de un período de cinco años, la HEA ha elaborado un marco de estándares profesionales para la docencia y el apoyo al aprendizaje. Dicho marco es flexible y parte de una aproximación a los estándares profesionales basada en tres descriptores estándar, cada uno aplicable a un determinado número de cargos y a las distintas fases profesionales de todas aquellas personas activas en los campos de la docencia y el apoyo al aprendizaje. Los descriptores estándar se fundamentan en las áreas de actividad profesional, el corpus de conocimientos básicos y los valores profesionales. El marco proporciona un punto de referencia para instituciones y particulares, así como un apoyo al desarrollo continuo dentro de cada estándar.

Supervisión del rendimiento

La introducción de los estándares profesionales, junto con la creciente profesionalización de la docencia, han conducido a la incorporación de una variedad de métodos para evaluar el rendimiento del personal académico, así como el rendimiento general de las universidades. Estos métodos incluyen:

  • Observación de la docencia
  • Encuestas al alumnado, tanto internas como externas, p. ej. el National Student Survey (NSS) que deben cumplimentar todos los alumnos de último curso. Los resultados se hacen públicos y quedan recopilados en tablas de clasificación nacionales.
  • Informes de examinadores externos
  • Índices de éxito entre el alumnado
  • Índices de compleción de los estudios
  • Auditoría institucional llevada a cabo por la Quality Assurance Agency (QAA)

Más recientemente se ha pedido a las universidades que implementen sistemas de gestión para evaluar y valorar el rendimiento del personal académico.

La QAA, así como la metodología excesivamente complicada que utiliza para garantizar la calidad en Inglaterra, han hecho correr ríos de tinta. Sin embargo, cambios recientes en la auditoría institucional se han convertido en el vehículo para el cambio real y la mejora en las universidades. La lección que de ello se desprende es que es necesario implicarse en el proceso desde sus inicios para así poder influir en lo que de él puede llegar a derivarse, en lugar de negar lo que puede terminar siendo inevitable: un sistema impuesto sin contribución alguna de la propia comunicada académica. La implicación intelectual y el argumento académico pueden conducir a un enfoque del aseguramiento de la calidad más basado en el desarrollo y, de este modo, crear un sistema autónomo para la innovación dentro de la educación superior.

Así pues, ¿cuáles son los interrogantes que se plantean para el futuro? Sin duda, en Inglaterra el debate sigue abierto, estimulado por preguntas como las que siguen:

  • ¿Cómo podemos garantizar la mejora continua de la docencia en las universidades?
  • ¿Cómo podemos vincular la calidad de la docencia a la experiencia del alumnado?
  • ¿Cómo puede recompensarse la buena docencia?

Se trata de preguntas que no se excluyen mutuamente; tampoco son exhaustivas. Aun así, se centran en los temas claves que reclaman un debate constante con —y junto con— las agencias de aseguramiento de la calidad, dado que con el tiempo se introducirán mecanismos que evaluarán si las instituciones han logrado producir una docencia y un aprendizaje innovadores, centrados en el alumno y de calidad para las futuras generaciones de estudiantes.

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