Publicación bimensual de AQU Catalunya

45

Noviembre 2009

Después de tres años como director de AQU Catalunya, pienso que su característica más significativa es su dimensión internacional, una afirmación que tal vez desde la actividad diaria percibida desde las universidades, gobernada principalmente por decisiones del Ministerio, la Conselleria o el Consell Interuniversitari de Catalunya, puede sorprender. Y cuando digo la dimensión internacional pienso, sobre todo, en su pertenencia a la Asociación Europea de Agencias de Calidad (ENQA). En una primera instancia, esta pertenencia es un reconocimiento de la solvencia de sus actividades, o, más concretamente, de su ajuste a los estándares de calidad asumidos en el Espacio europeo de educación superior desde el año 2005; reconocimiento que, desde su creación en el año 2008, se está desplazando progresivamente hacia el Registro Europeo de Agencias de Calidad (EQAR), en el que AQU Catalunya también está inscrita. Pero realmente ENQA es mucho más que una relación de agencias solventes: es una organización en la que sus miembros (no solamente sus directivos, sino, lo que es más importante, sus técnicos) colaboran activamente, intercambian experiencias, prácticas y resultados a través de frecuentes encuentros y actuaciones conjuntas, y eso nos permite mantener una visión directa del estado de la garantía de la calidad externa en el ámbito al que pertenecen las universidades catalanas, el marco europeo, a través de sus agentes principales.

Lo que he podido observar en estos tres años de intenso contacto es que las prácticas evaluativas de AQU Catalunya son comparables a las de las mejores agencias de calidad europeas, y que los defectos o carencias que con frecuencia identificamos e intentamos corregir (deficiente información pública de las evaluaciones, procesos de gestión y formación de los evaluadores, ciclos de actividad perturbados por normas administrativas, incorporación del análisis de los resultados del aprendizaje de los estudiantes en las evaluaciones…) son compartidos, en mayor o menor grado, por todas las agencias europeas miembros de ENQA.

En este momento conviene hacer una salvedad en lo que se refiere a las agencias del Reino Unido, no tanto por las agencias mismas, sino por el importante grado de autonomía del que tradicionalmente disfrutan sus universidades, junto con el alto grado de rendición de cuentas y de transparencia informativa. A través de este boletín me habrán oído afirmar en repetidas ocasiones que los procesos de garantía de calidad funcionan tanto mejor cuanto mayor es la autonomía de las universidades, y que no encajan bien con los excesos regulatorios que condicionan autorizaciones administrativas a priori con resultados de evaluaciones. A todas las agencias nos gustaría ser, sin duda, agencias de acreditación; es decir, agencias que evalúan las actividades académicas de acuerdo con un marco de referencia prefijado y conocido, y se pronuncian de forma pública sobre su grado de cumplimiento, sin que necesariamente el resultado esté ligado a efectos administrativos.

Es interesante que este escenario de colaboración europea también se haya extendido al ámbito de las agencias del Estado. Una de las primeras actuaciones cuando me incorporé a la dirección de AQU Catalunya tuvo que ver con el trabajo conjunto de todas las agencias autonómicas y la agencia nacional, ANECA, incluso en unos momentos en los que sólo una minoría de ellas estábamos trabajando dentro del circuito europeo. Es una lástima que el en tantos aspectos desafortunado Real Decreto 1393/2007, que regula las titulaciones oficiales, haya interferido en este proceso estableciendo una jerarquía arbitraria entre agencias, además de introducir un marco excesivamente rígido para las verificaciones (evaluaciones ex ante) de las titulaciones oficiales. Este decreto, que ha interrumpido la actividad evaluadora de titulaciones que AQU Catalunya venía realizando de una u otra forma desde su creación en 1996, ha supuesto un importante daño para la agencia catalana y, creo, también para todo el sistema universitario catalán. Espero que en la etapa que inicia AQU Catalunya se corrija esta anomalía lo antes posible.