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Septiembre 2011

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EDITORIAL

Retos para el curso 2011-2012

Josep Anton Ferré Vidal - Director de AQU Catalunya

¿Qué pasará durante el próximo curso 2011-2012? Me gusta esta pregunta porque hace olor a libreta nueva. ¿Y a agenda nueva también? ¡Esperemos que no! Recuperadas las competencias de verificación en julio de 2010, el pasado curso académico ha sido un curso de poner en marcha muchos procesos nuevos en AQU Catalunya. Bueno, eso sólo es media verdad. No eran del todo nuevos: la agencia catalana ya había verificado títulos de máster del decreto de 2005. Tampoco era nuevo el proceso para las universidades catalanas. Desde el año 2007 no han parado, en un proceso que ha supuesto la renovación total de su oferta de títulos de grado y máster. Muchos de esos títulos de grado —el grueso de la oferta, casi dos terceras partes— empezaron en septiembre de 2009. Cuando en este curso vuelvan a abrirse las libretas nuevas, apenas habrán pasado su primer ecuador. Y las comisiones específicas de evaluación aparcarán por unos días las propuestas de verificación y modificación para leer la primera tanda de los informes de seguimiento. Planificación, indicadores cuantitativos, análisis, propuestas de mejora. Repetición, periodicidad. Esto es lo que nos hace falta tener tiempo de hacer ahora. Libretas nuevas, porque de las viejas sólo pueden aprovecharse las páginas del final. Pero la misma agenda. ¡Ojalá fuera la misma... misma!, porque para muchos grados aún deben ponerse marcha trabajos de final de grado, prácticas en empresas, etc. Y eso todavía es trabajo nuevo.

Del mismo modo, el proceso de seguimiento que queremos realizar durante este curso que ahora empieza será el mismo... ¡pero diferente! En primer lugar, porque ahora el reto es que todas las enseñanzas hagan informe de seguimiento. En este curso pasado nos habían propuesto realizar informe de sólo una fracción de los casi 1.000 títulos que ofrecen las universidades catalanas, y al final se ha alcanzado una cifra de 200 grados y 100 másteres, de los que las comisiones podrán evaluar un centenar. Está muy bien. Pero durante el próximo año el objetivo es hacerlo en todas las enseñanzas y con un conjunto de indicadores más rico que los utilizados en el curso pasado. Ésta es la segunda meta. Los datos saldrán de UNEIX. Son los datos que ya tenemos, pero que todavía nos cuesta tanto ver, entender y utilizar en el proceso de análisis y toma de decisiones. Por eso estamos trabajando en el formato y la interfaz que debe ponerlos a disposición de toda la comunidad universitaria.

Durante la última semana de julio, mientras detrás de la puerta de la sala de reuniones oíamos el rumor de las vacaciones, hablábamos de ello con la DGU. La voluntad de ambas partes es compartir con las universidades un único sistema de indicadores cuantitativos estables, elaborados con los datos de UNEIX, que puedan ser utilizados tanto para las actividades de aseguramiento de la calidad, que desarrolla AQU Catalunya, como para las de programación, que son responsabilidad de la DGU. Pero, sobre todo, que sean los indicadores de las universidades, que éstas los sientan como propios, porque lo son. El reto es cómo conseguir que esa información entre por los ojos, llegue a toda la comunidad universitaria, a todo el profesorado y no únicamente al que tiene alguna responsabilidad académica, y ayude a la toma de decisiones.

Ésta es la cuestión clave. Todo el mundo sabe que deben tomarse algunas decisiones, pero en épocas de vacas flacas todos esperamos que sea otro quien las tome, y así poder echarle la culpa. Pero lo más curioso es que de poco nos sirve repartir culpas. Asignar las culpas no arregla ningún problema, y más vale gastar las energías en encontrar soluciones o, al menos, en demostrar que las estamos buscando. Tener un buen sistema de indicadores de seguimiento también permitirá a las universidades explicar mejor qué hacen y cómo lo hacen.

El editorial del anterior boletín glosaba los buenos resultados de inserción laboral de las personas con titulación universitaria en Cataluña. Pero no es suficiente con estas cifras. Tenemos que poder explicar también cuánto tardan las personas universitarias en graduarse. Y a cuántos profesores y profesoras hay que movilizar para impartir un título, y cuántos son profesionales que también participan en la formación de los universitarios como profesorado asociado, etc. Explicar no sólo qué hacen las universidades, sino también cómo lo hacen, es de capital importancia en un momento en el que nuestra sociedad se plantea cuáles deben ser sus prioridades. Por este motivo "deben desarrollarse procesos a través de los cuales las instituciones de educación superior puedan demostrar su capacidad de rendir cuentas, incluyendo la rendición de cuentas para la inversión de capital público". Y esto puede hacerse conjuntamente con el proceso de seguimiento, puesto que "el aseguramiento de la calidad enfocado a la rendición de cuentas es plenamente compatible con el aseguramiento de la calidad con la finalidad de mejora". El texto entrecomillado es copia literal de algunos de los principios básicos sobre el aseguramiento interno y externo de la calidad en la educación superior en el EEES, enumerados en los ESG.

¡Vaya! ¡Nos ha salido trabajo para el curso 2011-2012!

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