Cualquier persona que forme parte de la comunidad universitaria y que tenga un mínimo de interés se habrá percatado de los profundos cambios que se están produciendo, y que parece que sigan dos lógicas muy distintas: la local y la global.
O, dicho de otro modo, el Real Decreto 822/2021, de 28 de septiembre, por el que se establece la organización de las enseñanzas universitarias y del procedimiento de aseguramiento de su calidad, que hace desaparecer los grados de 180 ECTS, añade controles burocráticos innecesarios y fija unos períodos de adaptación inalcanzables, para universidades y para agencias de calidad, respecto a los principios europeos de confianza y reconocimiento mutuo que impulsan los Criterios y directrices para el aseguramiento de la calidad en el Espacio Europeo de Educación Superior (ESG).
En 2022, AQU Catalunya se someterá a la cuarta evaluación externa internacional, que revisará el cumplimiento de la Agencia en relación con estos criterios y directrices. La superación de esta evaluación es imprescindible para mantener la inscripción de AQU Catalunya en el Registro Europeo de Agencias de Calidad Universitaria (EQAR). Y esta inscripción es una condición esencial para las agencias que operamos en Europa, puesto que promueve la confianza mutua para el reconocimiento de las decisiones que tomamos en materia de evaluación externa de la calidad y, consecuentemente, fomenta la movilidad y la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior.
Si las agencias inscritas en el EQAR son capaces de reconocer las decisiones de los procesos que lleva a cabo AQU Catalunya porque confían en que los procesos se hacen de manera responsable y rigurosa (como es el caso de las experiencias con la evaluación según la metodología del European Approach), ¿por qué en el ámbito estatal no ocurre lo mismo?
Este 2022 es un año en el que previsiblemente se impulsará la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), y es una oportunidad —de las pocas que tendremos— para alinear las lógicas local y global. Por nuestra parte, seguiremos defendiendo la mirada europea, porque es uno de los principios fundadores de AQU Catalunya y porque refuerza el sistema universitario catalán en un marco internacional. Ahora bien, como he dicho al principio, la fortuna final dependerá de la unión y la articulación de los esfuerzos de todos y todas. ¡Buena suerte!