Para tener una visión de la dimensión, hay que tener presente que este año se visitarán en Cataluña, de forma individual, 123 títulos, y el próximo año prevemos visitar y evaluar 210 más. Este es un proceso que valoro muy positivamente, y que ha servido para mejorar, entre otros aspectos, los sistemas de gestión de la calidad de esos títulos. Ahora bien, es un proceso que muy probablemente ha llegado a su nivel de saturación y me parece claro que, a pesar de todos los esfuerzos que realizamos ambas partes, evaluados y evaluadores, puede mejorarse. Pienso que la evaluación individual de cada título ayuda claramente a su mejora, pero al mismo tiempo creo que una evaluación conjunta en el marco de un centro docente también lo permitiría, con unos costes y esfuerzos mucho más reducidos. Solo la disminución de visitas que recibiría un centro ya reduciría considerablemente parte del proceso.
Esta evaluación de los centros se enmarca en lo que el Real Decreto 420/2015 denominaba “reacreditación institucional”. De manera resumida, este decreto establece que un centro con la mitad de títulos acreditados y el sistema de gestión de la calidad certificado queda automáticamente acreditado institucionalmente. A partir de ahí, la próxima visita se realizará al cabo de cinco años y englobará a todo el centro. Por lo tanto, por primera vez se llevará a cabo una verdadera acreditación institucional del centro.
También establece que las agencias debemos desarrollar las metodologías de evaluación para la reacreditación institucional según el protocolo que, a propuesta del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, se establezca en la Conferencia General de Política Universitaria. Como ya podemos imaginarnos, cinco años más tarde la Conferencia no ha elaborado ningún protocolo, y tampoco parece que tenga demasiada urgencia por hacerlo. A día de hoy, no hemos recibido ningún tipo de información al respecto.
En cambio, es totalmente urgente que se establezca cómo se evaluarán esos centros dentro de unos años, puesto que esto también condiciona las políticas de los mismos. Por ello, desde AQU Catalunya, hemos decidido establecer nuestro protocolo, siguiendo los estándares europeos (ESG) y esperando que las directrices estatales también los sigan. De hecho, no tendría ningún sentido que no lo hicieran, a pesar de que somos conscientes de que podemos encontrarnos con sorpresas más adelante. Ahora bien, no podemos pararnos en un aspecto de tanta relevancia ─y urgente ya para el SUC─, ni esperar a que todo el sistema estatal decida cuál es el momento oportuno.
De ese modo, el pasado mes de junio terminamos una propuesta de marco para la acreditación institucional, que se puso a disposición pública. Se han recibido 167 comentarios por parte de todas las universidades y de otros colectivos, y todos ellos se han analizado, uno a uno. Alrededor del 60% han sido aceptados. Antes de finalizar el año, seguro que ya dispondremos de la metodología para evaluar, de una vez por todas, a los centros docentes como entidad. Esta metodología estará aprobada y disponible, para que todos los centros docentes puedan alinear sus políticas con aquellos aspectos en los que más adelante serán evaluados.
Estoy convencido de que esta nueva metodología permitirá reducir los costes y trámites para todas las partes implicadas. Esperemos también que, entre todos, lo hayamos diseñado lo suficientemente bien como para que nos sirva para acreditar y seguir mejorando la calidad de los títulos que se ofrecen en el SUC con las máximas garantías.
Aprovecho para dar las gracias a todas aquellas personas que han estado trabajando en esta metodología, que muy probablemente servirá para evaluar a los centros docentes durante los próximos diez años, y en especial a todas aquellas que la han enriquecido con sus comentarios.