Los grados, másteres y doctorados tienen una función bien definida, mientras que la formación permanente en sentido amplio complementa y debe posibilitar una actualización en temas nuevos o suplementarios, que, además, se distinguen por tener una naturaleza marcadamente profesionalizadora. Actualmente, estos dos aspectos están presentes, de forma intensiva, en las agendas de los diferentes grupos de interés: los responsables políticos, los servicios de empleo, las instituciones de educación superior y las agencias de calidad universitaria. Los retos asociados a la formación permanente son diversos, como, por ejemplo, el establecimiento de itinerarios flexibles para el aprendizaje, el reconocimiento, la relevancia para el mercado laboral y el aseguramiento de la calidad, entre otros.
En este sentido, el pasado julio, la Comisión de Evaluación Institucional y de Programas (CAIP) de AQU Catalunya aprobó la Guía para la certificación de sistemas internos de garantía de la calidad en centros de educación superior. Es una guía que debe servir para seguir avanzando hacia la acreditación institucional de los centros universitarios, pero que también debe utilizarse, atendiendo a su nombre, para que los centros de formación permanente del sistema universitario catalán puedan avanzar en la certificación, entre otros, de los másteres de formación permanente y los programas de corta duración (microcredenciales). Se trata de actividades formativas que no se prevé que sean evaluadas programa a programa por las agencias, sino que queden en el marco de la certificación de los sistemas internos de garantía de la calidad (SIGC) de la institución. Es por ello que el objetivo de la mencionada guía es el establecimiento de los estándares y criterios que permitan conocer si el sistema de gestión se encuentra implantado en el centro de educación superior, si se desarrolla de manera adecuada y si permite garantizar la calidad de los programas formativos que se ofrecen.
Los programas de corta duración (PCD) o short learning programmes (SLP) son una tipología de cursos (unidades, módulos, etc.) de una materia en concreto que centran necesidades específicas de la sociedad y que pueden formar parte de titulaciones mayores. La microcredencial es la prueba de los resultados de aprendizaje que un alumno o una alumna ha adquirido tras cursar un programa de corta duración. El término microcredenciales se ha generalizado en el ámbito internacional para referirse a ello.
Las microcredenciales son un tema en pleno desarrollo, pero son también un reto para la Unión Europea
AQU Catalunya ha llevado a cabo una serie de acciones piloto de microcredenciales. Se puede leer sobre ello en el artículo de Esther Huertas y Carme Edo de nuestro boletín de abril de 2021. En él se recogían los resultados del diseño y la implementación de un programa piloto para la acreditación ex ante de programas de corta duración vinculados al catálogo de especialidades formativas del Servicio Público de Empleo de Cataluña (SOC), una acción que nuestra agencia llevó a cabo junto con el SOC, el Consorcio para la Formación Continua de Cataluña, la Dirección General de Sociedad del Conocimiento, Transferencia y Territorio, las universidades catalanas y la alianza Barcelona Digital Talent. El primer programa se centró en temas de TIC y, posteriormente, en 2022, se llevaron a cabo dos nuevos proyectos de evaluación centrados en energías renovables y en automoción y movilidad sostenible. En nuestra web encontraréis toda la información.
Se trata, en definitiva, de una cuestión que ha adquirido una trascendencia enorme en estos últimos años por la importancia de conectar la educación superior y la formación profesionalizadora, y su evaluación y diseño se han situado en el marco de los Estándares y directrices para el aseguramiento de la calidad en el Espacio europeo de educación superior (ESG). Existen diferentes iniciativas internacionales que están intentando definir las bases del aseguramiento de la calidad, entre las que cabe destacar la publicación A European Approach to Micro-credentials de la Comisión Europea, sobre el enfoque europeo de las microcredenciales.
Las microcredenciales son un tema en pleno desarrollo, pero son también un reto para la Unión Europea en la medida en que su certificación vaya asociada a un registro europeo que haga posible su reconocimiento internacional. En España, el Real Decreto 822/2021 ya las incorpora y, posteriormente, la LOSU, aprobada este año, también las reconoce como una cuestión que debe desarrollarse. El propio ministerio de Universidades quiere dar un fuerte empuje a su despliegue con un plan ciertamente ambicioso de apoyo a las microcredenciales que debe ejecutarse en el periodo 2024-2026.
Se trata, en definitiva, de que la formación permanente y las microcredenciales, que aportan formaciones específicas marcadamente profesionalizadoras, puedan insertarse progresivamente en un marco de garantía del aseguramiento de la calidad, puesto que aportan confianza a la sociedad. Aportan, además, sin duda alguna, valor añadido al currículum de las personas trabajadoras de cara a mejorar su inserción laboral.