Publicación bimensual de AQU Catalunya

40

Enero 2009

El proceso de construcción del EEES, o proceso de Bolonia, puesto en marcha en 1999 con los objetivos de armonizar y hacer comparables y compatibles los estudios universitarios en Europa, culminará su despliegue en el año 2010 con la implicación de 46 países. Esa culminación no supone más que el principio de cumplimiento de los objetivos previstos, objetivos que a lo largo de los años se han ido ampliando y enriqueciendo con los sucesivos comunicados bienales de los ministros competentes en Lisboa, Berlín, Bergen y Londres, y, en los próximos días 28 y 29 de abril, en Louvain-la-Neuve.

En estas circunstancias, se han hecho evidentes un importante número de dimensiones o aspectos que merecen propuestas concretas y a los que, de acuerdo con borradores consultados, probablemente los ministros se refieran en su comunicado, como el avance desde la garantía de la calidad a la consecución de niveles de excelencia, el aprendizaje a lo largo de la vida, el desafío demográfico y la dimensión social que reclama un acceso equitativo y un progreso satisfactorio en una educación superior de elevada calidad para todo el espectro social y de edades. Queda también mucho por hacer en lo que se refiere al despliegue del reciente marco europeo de cualificaciones (2005) y su incorporación a las normativas nacionales (recordemos, por ejemplo, que el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior, MECES, está todavía por establecer), así como en la profundización de la internacionalización y la movilidad de estudiantes y profesorado.

Una parte importante del crecimiento del EEES ha sido la referente a la garantía de calidad, en paralelo con el crecimiento del número y variedad de agencias en Europa, la adopción de los estándares y recomendaciones de ENQA (2005) y, finalmente, la creación del registro europeo de agencias de calidad, EQAR (2008).

En este ámbito, que es el propio de AQU Catalunya y el que ha de imprimir carácter a este boletín, es obligado hacer referencia a ENQA, agente importante en la actividad de garantía de calidad y en su evolución y mejora. Esta organización, que reconoce y pone en primer plano la autonomía de las universidades y su papel principal en la garantía de calidad, pone énfasis en estos momentos en la diversidad europea como herencia cultural, y así lo transmite a los ministros europeos para su consideración en la próxima declaración; los procesos de garantía de calidad tienen que ser flexibles, respetando esta diversidad y las distintas legislaciones, que requieren diferentes aproximaciones, y evitando caer en la tentación de modelos únicos.

ENQA hace referencia a la importancia del despliegue del marco europeo de cualificaciones, al riesgo de burocratización o procesos desproporcionados para los efectos buscados (incumplimiento del fitness for purpose principle) y a la necesidad de incluir progresivamente los resultados del aprendizaje de los estudiantes en los procesos de acreditación.

También ENQA considera necesario clarificar la distribución de roles y responsabilidades de los diferentes agentes implicados: instituciones de educación superior, gobiernos y agencias de calidad. Y, en particular, hace referencia a una lección aprendida: la necesidad de un sólido equilibrio entre los procesos internos (los que realizan las propias universidades) y externos (los que realizan las agencias).

Finalmente, un tema de actualidad y creciente preocupación: el aumento del número de agentes que proporcionan información sobre la educación superior en el EEES sin haber explicitado sus objetivos ni su aproximación metodológica. En particular, la proliferación de rankings o ligas en los que se ordenan a instituciones universitarias según su “calidad”, en muchos casos realizados por medios de comunicación de gran difusión y, por lo tanto, potencialmente con un efecto muy importante sobre la sociedad, especialmente los estudiantes y sus familias. Las agencias de calidad europeas siempre han permanecido al margen de estos ejercicios extraordinariamente simplificadores, pero el interés que despiertan y su multiplicación pueden requerir alguna intervención respaldada por los ministros.

Quedamos, pues, en espera de la declaración.