Publicación bimestral de AQU Catalunya

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Julio 2010

Ha llovido bastante desde que elaboramos el estudio El rendiment acadèmic de l'alumnat de primer curs de Dret de la Universitat de Barcelona (El rendimiento académico del alumnado de primer curso de Derecho de la Universitat de Barcelona). El trabajo, que contó con ayudas de MQD, del PMID-UB y, sobre todo, de AQU Catalunya, se basaba en datos académicos de los estudiantes de primer curso de Derecho en el 2007-2008. Se trataba, por lo tanto, de estudiantes de los últimos años de la "era licenciatura", al mismo tiempo que el EEES y los nuevos grados ya se veían claramente en el horizonte. Cuando el trabajo se ha publicado, los grados ya son una realidad (en el curso 2009-2010 se implantaba el primer curso del grado en Derecho en la UB y en la mayoría de las universidades públicas catalanas) y las licenciaturas y diplomaturas han entrado en extinción.

Creemos que esto no quita valor al estudio, sino al contrario: pronto estaremos en disposición de comparar —lo que no es poco importante— el comportamiento académico en sentido amplio de los estudiantes de primer curso de Derecho en licenciaturas y en grados. Por otro lado, los estudiantes de primer curso son estudiantes que, en su inmensa mayoría, acceden por primera vez al sistema universitario, y muchos de los problemas con que se encuentran son los mismos ahora que hace cinco años, reciban el nombre que reciban los títulos que estudian.

El trabajo tiene algunas particularidades que ahora queremos remarcar. Para empezar, que se trata de distintos trabajos en uno solo. En él encontramos datos descriptivos y analíticos típicos sobre rendimiento académico (muy detallados por asignaturas, grupos, metodología, etc.), pero también encontramos un "subestudio" sobre absentismo en clase, y otro más, menor ciertamente, sobre abandono. Estos dos últimos fueron elaborados —y he aquí lo que también consideramos relevante— después de entrevistar telefónicamente a todos los estudiantes de primer curso, o sea, a más de 600 individuos.

La elaboración de la investigación se vio facilitada porque tenía un carácter institucional, puesto que era impulsada desde el propio gobierno de la Facultad de Derecho. Eso, evidentemente, facilitaba el acceso a los datos y la disposición de recursos materiales y humanos. En esta línea, también fue clave el apoyo y asesoramiento de AQU Catalunya, en la figura de Sebastián Rodríguez. Esto último mitigó considerablemente el principal problema que tuvimos para elaborar el trabajo: la falta de un modelo metodológico que nos sirviera de guía. Después de revisar parte de la bibliografía existente sobre el tema, no supimos encontrar otros estudios que pretendieran abordar la cuestión como nosotros queríamos hacerlo. ¿Y qué queríamos hacer?

El objetivo central del estudio no era constatar que existe un problema de rendimiento académico, ni siquiera se trataba sólo de cuantificarlo. Pretendíamos una primera aproximación a la complejidad de factores causales que inciden en el rendimiento académico de los estudiantes de primer curso. El estudio ha vinculado el rendimiento académico a una serie de variables: metodología docente, absentismo en clase, simultaneidad de estudios y actividad laboral, condiciones y sistema de acceso a la universidad y, por último, normativas de permanencia en la universidad. Creemos que analizar y valorar conjuntamente este engranaje es una de las virtudes del estudio.

Sin embargo, como decíamos, hay que profundizar con nuevos estudios en la compleja problemática del rendimiento académico, pero hay que hacerlo de forma integral y con visión de conjunto. Una rigurosa determinación de las distintas variables que inciden en los resultados académicos de los estudiantes es absolutamente imprescindible para diseñar e implantar políticas académicas que mejoren la calidad de la docencia y, en consecuencia, el rendimiento de los estudiantes.

En la Facultad de Derecho de la UB, el estudio que ahora presentamos nos ha servido, como mínimo, para dos cosas. La primera, para impulsar, como lo estamos haciendo, nuevos estudios en esta línea, pero con un diseño todavía más cuidadoso y maduro. Y sobre todo nos ha servido —y esperamos que también sea así en otras facultades— para diseñar una auténtica política académico-docente que contenga acciones directamente dirigidas a resolver los problemas de muy diversa índole y naturaleza que inciden en la mejora del rendimiento académico de los estudiantes de primer curso. De hecho, en la sexta edición del Congreso Internacional sobre Docencia Universitaria e Innovación (VI CIDUI), que se celebró en Barcelona el pasado mes de junio de 2010, ya hemos adelantado las principales líneas de esta nueva política académica a la que hacíamos referencia.