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Julio 2013

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EDITORIAL

AQU Catalunya: instrumento de mejora de las universidades catalanas

Josep Joan Moreso Mateos - President

Ahora que acabo de empezar mi etapa como presidente de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalunya quiero, en este inicio, expresar tres breves consideraciones.

La primera es de agradecimiento. Agradecimiento al Gobierno de la Generalitat, que me ha nombrado para este cargo, en especial al conseller Andreu Mas-Colell y al secretario de Universidades e Investigación, Antoni Castellà. Agradecimiento también al trabajo realizado durante los periodos de los anteriores presidentes: Antoni Serra Ramoneda y Joaquim Prats Cuevas. Ellos, junto con los diferentes directores que ha tenido la Agencia hasta el momento —David Serrat, Gemma Rauret, Javier Barà y el actual director, Josep A. Ferré—, han sabido hacer de la Agencia una institución muy bien valorada en el seno del sistema universitario catalán, así como en el ámbito internacional. Ir dotándonos de estructuras como esta nos hace más consistentes como país y nos permite aumentar nuestra reputación.

La segunda consideración es que ahora, al empezar, me toca aprender. La Agencia cuenta con un conjunto de profesionales con experiencia con los que tengo que descubrir cómo han hecho lo que se ha hecho hasta el momento y cómo tienen pensado el futuro. No vengo a dar lecciones, sino a aprender, a observar cómo suenan los distintos instrumentos y cómo se articulan unos con otros. Una vez me haya sumergido en la vida interna de la institución, llegará la hora de intentar coordinar sus movimientos para obtener el máximo rendimiento.

En tercer y último lugar, quiero decir que las universidades catalanas aparecen muy bien ubicadas en el marco español, y también del sur de Europa. Tenemos un buen sistema universitario. Un sistema que forma estudiantes que, cuando se mueven internacionalmente con el programa Erasmus, por ejemplo, tienen un notable éxito en las mejores universidades del mundo. Un sistema que en los últimos quince años ha dado un salto en investigación y producción científica hasta situar Catalunya en un lugar que nunca habríamos soñado en el pasado. Un sistema que empieza a dar sus frutos en innovación y transferencia del conocimiento. Por ello algunos de los rankings más recientes (por ejemplo el de universidades de menos de cincuenta años, under fifty) sitúan varias universidades catalanas en una posición más que notable. Y, en esta severa crisis económica que atravesamos, necesitamos disponer de un sistema universitario que forme mejores profesionales y genere investigación más avanzada. Ahora ya nadie pone en duda que la educación de un país está vinculada con el bienestar de sus ciudadanos.

Así pues, la Agencia tiene que ser un instrumento de estímulo y de mejora del sistema universitario catalán. Debe ser siempre un instrumento de mejora y nunca un obstáculo. Sé que los profesores universitarios y los investigadores están un tanto preocupados por el aumento de la burocracia en las universidades. Y la evaluación de la calidad es uno de los motivos de preocupación. No hay un solo día, digo a menudo en broma, en el que no evalúes a algún colega o bien otro colega no te evalúe a ti. Pues bien, tenemos que conseguir que la evaluación sea como la sal en una paella: tiene que estar ahí pero no debe notarse. Si se nota es que has echado demasiada. Hemos conseguido tener una acreditación del profesorado contratado, ahora con el reto del nuevo programa Serra Húnter, que funciona más que razonablemente bien con un mínimo de burocracia. El reto del futuro inmediato es hacer lo mismo con la acreditación de las titulaciones universitarias oficiales como consecuencia del proceso de establecimiento del Espacio europeo de educación superior. Serán centenares de títulos de grado, de máster y de doctorado los que tendrán que ser evaluados y acreditados. Debemos hacerlo sin demasiado ruido, con delicadeza, pero de modo que sirva para rectificar cuanto sea necesario y para potenciar lo que ha ido bien. Podemos hacer que el sistema universitario sea más sólido, más equilibrado, más eficiente; mejor, en definitiva.

Pondré lo mejor de mi parte en esta tarea, consciente de que, al tratarse de una tarea colectiva, su fortuna final dependerá de la unión y articulación de los esfuerzos de todos.

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