Marzo 2012
El estudio Gènere i inserció laboral del col·lectiu universitari (AQU Catalunya, 2010), en el que se analizaban las diferencias en la inserción laboral tres años después de la graduación, puso de manifiesto que la titulación era mucho más influyente que el género en las diferencias entre hombres y mujeres, y que las diferencias, cuando se producían, no eran sistemáticamente a favor de los hombres. De hecho, lo que sucedía es que las diferencias que globalmente aparecían entre hombres y mujeres se "neutralizaban" o disminuían sensiblemente cuando se comparaban hombres y mujeres de una misma titulación.
¿Sorprendente o sentido común? Los estudios de inserción muestran que no todas las profesiones están remuneradas igual, que existen sectores más estables que otros, o que existen titulaciones que conducen a un tipo de trabajo muy concreto (Maestros, Enfermería, Informática) mientras que otras son mucho más abiertas (Humanidades). Las estadísticas muestran que hombres y mujeres no se distribuyen aleatoriamente por titulaciones, con una proporción similar. Por lo tanto, cuando se encuentran diferencias entre hombres y mujeres, no puede determinarse si las mismas son debidas a diferencias entre la acogida de las titulaciones en el mercado laboral o a razones de discriminación de género, a no ser que comparemos hombres y mujeres de la misma titulación.
Además, dado que se trataba de la "primera inserción laboral" (a los tres años de la graduación), es muy probable que realidades como el techo de cristal, el techo de cemento, la discriminación salarial, la segregación vertical del empleo o la doble presencia, entre otros, no hubieran tenido tiempo de influir en la transición al mercado laboral del colectivo de mujeres.
El estudio que ahora presenta AQU Catalunya, Gènere i inserció laboral. Dones i homes deu anys després de graduar-se, iguals o diferents?, llevado a cabo gracias al apoyo del Institut Català de les Dones, analiza la situación laboral de una muestra de población graduada diez años después de haberse titulado. Se eligió una muestra de seis subáreas pertenecientes a los cinco ámbitos disciplinarios, porque la bibliografía nos muestra que la orientación de los estudios tiene una gran influencia en la tipología y la calidad de la inserción profesional. Dentro de cada ámbito se escogieron titulaciones con un volumen de personas graduadas suficiente y en las que la proporción de hombres y mujeres fuera similar, de forma que pudieran realizarse contrastes estadísticos por género. La tabla 1 muestra los datos de la población y la muestra encuestada.
Población | Muestra | Mujeres | Hombres | % mujeres | % hombres | |
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Historia | 272 | 192 | 104 | 88 | 54,17% | 45,83% |
Economía y ADE | 610 | 328 | 170 | 158 | 51,83% | 48,17% |
Química | 168 | 108 | 71 | 37 | 65,74% | 34,26% |
Medicina | 249 | 134 | 101 | 33 | 75,37% | 24,63% |
ITI Química | 133 | 92 | 41 | 51 | 44,57% | 55,43% |
Ing. Técnica Agrícola | 346 | 247 | 115 | 132 | 46,56% | 53,44% |
Total |
1.778 | 1.101 | 602 | 499 | 54,68% | 45,32% |
La tabla 2 resume los contrastes de más de una veintena de indicadores analizados en la parte descriptiva del estudio. En la mayoría de los indicadores analizados no se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres. En suma, no existe efecto directo de género en el nivel de éxito profesional de las personas tituladas una década después de haberse graduado. Ahora bien, en algunos de esos indicadores, se observa una tendencia sistemáticamente favorable a los hombres, como en el porcentaje que ocupan cargos con responsabilidad sobre las personas o en el porcentaje que han sido promocionados. Los hombres también presentan unos promedios de dedicación real y de disponibilidad más elevados. Hay que considerar estos datos con cierta preocupación, ya que, por ejemplo, la experiencia internacional es cada vez más un requisito de promoción hacia niveles de alta dirección y, en la medida que las mujeres tengan menos disponibilidad para asumir movilidad, pueden ver limitadas sus opciones de éxito en el futuro.
Indicadores sin diferencias entre hombres y mujeres |
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Indicadores con diferencias entre hombres y mujeres |
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Indicadores sin diferencias significativas entre hombres y mujeres, pero sí con una tendencia más favorable para los hombres |
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Los datos de inserción laboral del colectivo encuestado al cabo de diez años son positivos, tanto con respecto a la ocupación (93% de empleo, 91% a tiempo completo) y a la estabilidad (73% de contratos fijos) como con respecto a la adecuación (el 85% realiza funciones de nivel universitario) y a las ganancias (el 71% de las personas ocupadas a tiempo completo ganan más de 24.000 euros anuales), si bien existen considerables diferencias entre titulaciones (Medicina en el extremo más positivo e Historia en el más negativo). Además, el 60% de las personas encuestadas han sido promocionadas tras haberse graduado, lo que demuestra un recorrido profesional ascendente.
Como en el estudio del año 2008 (sobre la población graduada tres años después de acabar los estudios), la titulación tiene más influencia en los indicadores de éxito profesional que el género. Es decir, las diferencias dentro del grupo de mujeres (o dentro del de hombres) por titulaciones son mayores que entre hombres y mujeres dentro de una misma titulación (empleo, paro, estabilidad, temporalidad, trabajo en el ámbito público o privado, tasa de adecuación, satisfacción, etc.). No puede concluirse, sin embargo, que todo el colectivo de una titulación tenga más éxito profesional que el de otra. Aunque la tipología de titulación influye en las probabilidades de mayor o menor éxito, en ambos estudios (2008 y 2011) se ha confirmado la existencia de un porcentaje de personas graduadas en titulaciones que en promedio presentan resultados menos favorecedores con mayor éxito en su inserción que personas graduadas en titulaciones inicialmente con mejor inserción. Es decir, la titulación influye pero no determina la calidad de la inserción laboral.
Cuatro de cada diez personas perciben conflicto en la distribución de tiempo entre los dominios laboral, familiar y personal. No existen diferencias significativas por género, si bien las mujeres tienden a percibir mayor conflicto. Tampoco hay diferencias de género en cuanto a la acogida a las medidas de flexibilidad laboral, cuando éstas existen. El hecho de que el colectivo de hombres manifieste esta percepción contribuye a replantear el modelo tradicional que asigna a la mujer la responsabilidad doméstica y reproductiva y que cree que la conciliación es "cosa de mujeres". Esto permite la entrada de una nueva mirada basada en la corresponsabilidad hacia el trabajo doméstico y reproductivo, con una participación equilibrada de ambos géneros. La existencia de medidas de flexibilidad que facilitan la conciliación del trabajo, la familia y la vida personal reduce muy significativamente la percepción de conflicto.
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Subárea | N | Empleo | Paro | Inactividad | |
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Dones | Historia | 104 | 86,54% | 10,58% | 2,88% |
Economía y ADE | 170 | 93,53% | 4,12% | 2,35% | |
Química | 71 | 94,37% | 2,82% | 2,82% | |
Medicina | 101 | 99,01% | 0 | 0,99% | |
ITI Química | 41 | 90,24% | 2,44% | 7,32% | |
Ingeniería Técnica Agrícola | 115 | 92,17% | 6,09% | 1,74% | |
Total |
602 | 92,90% | 4,70% | 2,50% | |
EPA 1.er trimestre 2011, 25-54 años, Cataluña |
10.555 | 62,70% | 16,50% | 20,80% | |
Homes | Historia | 88 | 81,82% | 14,77% | 3,41% |
Economía y ADE | 158 | 96,84% | 2,53% | 0,63% | |
Química | 37 | 94,59% | 5,41% | 0,00% | |
Medicina | 33 | 100,00% | 0,00% | 0,00% | |
ITI Química | 51 | 96,08% | 3,92% | 0,00% | |
Ingeniería Técnica Agrícola | 132 | 95,45% | 3,79% | 0,76% | |
Total |
499 | 93,8% | 5,20% | 1,00% | |
EPA 1.er trimestre 2011, 25-54 años, Cataluña |
10.855 | 74,7% | 17,7% | 7,6% |
El estudio tiene una segunda parte multivariante, en la que se elabora un índice de éxito profesional mediante un análisis de componentes principales por datos categóricos que permite contrastar distintas hipótesis, así como elaborar un modelo explicativo del éxito profesional (regresión múltiple).
El ejercicio llevado a cabo en esta segunda parte permite confirmar las conclusiones de la primera parte y añadir otras, que recogemos a continuación:
El éxito profesional se refiere al conjunto de logros profesionales (perspectiva objetiva) y logros personales (perspectiva subjetiva) que se han ido acumulando como consecuencia de la propia experiencia profesional. Dentro de los logros profesionales, encontraríamos la tipología de contrato, la existencia de promoción, el desarrollo de funciones directivas, el nivel de responsabilidad y el salario. Dentro de los logros personales, hallaríamos la satisfacción con el contenido del trabajo y con el puesto de trabajo en general. |
Por último, la modelización del éxito profesional dejó un amplio margen de “no explicabilidad”, lo que pone de manifiesto, por un lado, la “juventud” de los marcos teóricos de partida y, por otro, la dificultad, o tal vez la imposibilidad, de modelizar la indeterminación de las decisiones personales.Para concluir, los resultados de este estudio echan luz sobre algunos factores (organizacionales y personales) que pueden alterar lo que se podría presumir como una relación directa entre titulación o género y éxito profesional.