Publicación trimestral de AQU Catalunya

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Enero 2017

AQU Catalunya ha iniciado el proceso de evaluación de la implantación de los sistemas de garantía interna de la calidad (SGIC) a través de proyectos piloto, con el objetivo de testar el diseño de la metodología de evaluación y de su proceso. A pesar de que todavía no se ha llevado a cabo el proceso de metaevaluación establecido de forma habitual en los procesos de evaluación, pueden señalarse algunos retos desde el punto de vista metodológico para las instituciones de educación superior y para la propia Agencia.

La Guía para la certificación de la implantación de los SGIC de AQU Catalunya define seis dimensiones (revisión y mejora del SGIC; diseño, revisión y mejora de los programas formativos; sistemas de apoyo al aprendizaje y de orientación a los estudiantes; personal académico; recursos materiales y servicios, e información pública), que presentan distinto nivel de complejidad. Globalmente, se observa un elemento que destaca por su importancia y que, al mismo tiempo, ha supuesto alguna dificultad a los centros evaluados: el sistema de gestión de la información. Si bien los centros cuentan con gran cantidad de información (indicadores), esta no siempre se organiza de una forma ágil y completa.

Otro elemento que requiere más reflexión hace referencia a los procesos transversales de la universidad y su aplicación al centro. Normalmente, estos procesos transversales se integran en el conjunto de procesos del centro, aunque la responsabilidad del proceso recaiga en un órgano de la universidad. De este modo, hay que plantearse cuál es el rol del centro en el marco del proceso y cómo este contribuye a la consecución de los objetivos establecidos.

Por otro lado, hay que apuntar que los centros cumplen la dimensión 2 (diseño, revisión y mejora de los programas formativos) y la 3 (sistemas de apoyo al aprendizaje y de orientación a los estudiantes) de manera satisfactoria. Este hecho puede atribuirse a la aplicación del Marco VSMA (Marco para la verificación, seguimiento, modificación y acreditación de las titulaciones oficiales) de AQU Catalunya y a los años que las universidades llevan trabajando en la mejora continua de las titulaciones.

Desde el punto de vista procedimental, habría que reflexionar sobre los grupos de interés que tienen que ser entrevistados por el comité de evaluación externo, con el objetivo de simplificar el proceso de evaluación y evitar similitudes con otros procesos, como por ejemplo la visita externa de acreditación.

Otro aspecto que hay que mencionar es el volumen de documentación asociada al SGIC, que no solo incluye el manual de calidad y sus procesos, sino que además contempla registros, indicadores, planes de mejora, etc. que hacen referencia tanto al propio centro como al conjunto de titulaciones bajo el alcance del SGIC. Este es uno de los grandes retos que afronta el comité de evaluación externo en el momento de certificar el SGIC y que demanda una gran capacidad de abstracción por parte de los miembros del comité de evaluación.

Por último, hay que reconocer el esfuerzo realizado por los centros que se han presentado al proceso de certificación de la implantación de los SGIC. Sin duda, este proceso de evaluación requiere un esfuerzo adicional y un alto compromiso por parte de la universidad y de todo el personal del centro.