Publicación trimestral de AQU Catalunya

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Enero2019

El principio y derecho fundamental de la igualdad de mujeres y hombres es un requerimiento esencial para nuestra sociedad. Este derecho, además de ser reconocido por las leyes, debe ser aplicado de manera efectiva en todas y cada una de las políticas y los ámbitos y aspectos de la vida para que mujeres y hombres puedan disfrutar de los mismos derechos.

A pesar de los esfuerzos de muchos sectores de la sociedad y la Administración, persisten desigualdades políticas, económicas y culturales que son el resultado de estructuras sociales que todavía se fundamentan en numerosos estereotipos presentes en la familia, la educación, la cultura y la organización social, que impiden avanzar.

En cuanto a las universidades, el artículo 5 de la Ley 1/2003, de 19 de febrero, de Universidades de Cataluña, ya obligaba a impulsar la promoción de la introducción de la perspectiva de género de forma transversal en el currículo de los grados y programas de posgrado. Es necesario, pues, recuperar para la humanidad cuál ha sido la contribución real de las mujeres a lo largo de la historia en todos los ámbitos del conocimiento y en la actividad académica e investigadora.

Lógicamente, esto supone, entre otros, la formación en coeducación, perspectiva de género y de las mujeres, de las personas que llevan a cabo tareas docentes en cada una de las disciplinas académicas, así como potenciar el trabajo de las mujeres investigadoras y hacer visibles sus aportaciones en los ámbitos científicos y técnicos.

También debemos apostar fuerte por los cursos específicos en materia de perspectiva de género y de las mujeres en cada una de las disciplinas académicas. De hecho, las universidades, los centros de estudios superiores y los centros e instituciones de investigación catalanes deben garantizar por ley la igualdad efectiva de mujeres y hombres en la carrera docente y en la carrera investigadora, y entre el personal de administración y servicios, así como promover la representación equilibrada de mujeres y hombres en los distintos órganos colegiados y en todos los niveles de toma de decisiones.

Las mujeres se han introducido en el sistema universitario gracias a la superación de muchos obstáculos, pero todavía nos queda mucho camino para llegar a la plena normalidad de sus aportaciones. Esperemos que monográficos como este ayuden a sensibilizar e informar al sector, para lograr, lo más rápidamente posible, que las universidades y la investigación sean campos de referencia en relación con la aplicación de la perspectiva de género y el principio de igualdad, y para tener una universidad que sea el principal eslabón de la sociedad igualitaria que mujeres y hombres deseamos.