La acreditación institucional: un paso relevante en la buena dirección
El Real Decreto 420/2015, de 29 de mayo, de creación, reconocimiento, autorización y acreditación de universidades y centros universitarios, introdujo la figura de la acreditación institucional de centros de universidades públicas y privadas como alternativa al modelo de acreditación de títulos universitarios oficiales regulado en el Real Decreto 1393/2007.
Tomando como base este nuevo Real Decreto, finalmente, el pasado 13 de marzo de 2018, se publicó la Resolución de 7 de marzo de la Secretaría General de Universidades, por la cual se dictan las instrucciones sobre el procedimiento de solicitud de la mencionada nueva “acreditación Institucional” de centros de universidades públicas y privadas, con todos los beneficios que esta comporta una vez alcanzada. Pero no me quiero entretener aquí a hablar de los beneficios, que son públicos y notorios si se lee el marco de ley, sino que querría compartir una reflexión general vinculada.
Tras once años de formalización y construcción de un auténtico nuevo Espacio europeo de educación superior (EEES), que ha puesto el foco en la transparencia y el rendimiento de cuentas a la sociedad del sistema universitario europeo, la transferibilidad y el reconocimiento entre países de las consecuciones de los aprendizajes universitarios en base a competencias, y la firme y decidida implantación general de políticas de calidad académica-docente de carácter ex ante, durante y ex post, creo que hemos llegado a un momento importante y trascendente de este proceso.
Jordi Riera i Romaní - Vicerrector de Política Académica y Adjunto al Rector de la Universidad Ramon Llull