La nueva normativa en materia de universidades, y concretamente el real decreto que organiza las enseñanzas universitarias, supone un cambio de paradigma en lo que respecta a la definición del perfil formativo de los títulos. En esta definición introduce la identificación de los principales resultados de aprendizaje que deberían alcanzar las personas que se gradúan en las enseñanzas oficiales de grado, máster y doctorado. Estos resultados se expresan como conocimientos, habilidades y competencias.
La primera edición de la colección «Focus» tenía como objetivo ayudar a las universidades en esta definición. Es evidente que el cambio de paradigma no termina con el simple cambio de la definición del perfil formativo. Para que tenga éxito, debe ir acompañado de estrategias formativas, de evaluación y certificación que permitan al estudiantado alcanzar los resultados de aprendizaje, y a las universidades dar fe de que se han alcanzado. El «Focus 2» se ha elaborado con el objetivo de proporcionar herramientas que sean de ayuda a las universidades para desarrollar todos estos procesos.
La primera parte del documento se centra en describir los distintos propósitos que tiene la evaluación de los resultados de aprendizaje y sus principales características y elementos. Para que la evaluación de los resultados de aprendizaje sea válida, debe darse una alineación operativa entre todos los elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es decir, debe haber coherencia interna entre los resultados de aprendizaje que se pretende que logre el estudiantado, el contenido, las metodologías y actividades docentes y los métodos y criterios de evaluación. La alineación de todos estos aspectos ha de facilitar la consecución de los resultados de aprendizaje.
La parte central del documento aborda cómo llevar a cabo una implementación de la evaluación en materias y asignaturas basada en criterios y que dé buenos resultados. El primer paso debe ser la concreción de los objetivos formativos y, a continuación, la elaboración de los resultados de aprendizaje que se espera que logre el estudiantado. Es en este punto en el que el profesorado podrá identificar los criterios de evaluación que permitirán evidenciar la consecución de estos resultados de aprendizaje, punto clave para que la evaluación sea válida. El despliegue de las actividades formativas y de los contenidos de las materias y asignaturas debe dar respuesta a los resultados de aprendizaje que se han fijado. Lo mismo se aplica a la determinación de los métodos de evaluación, entendidos en el documento como las tareas que servirán para medir el grado de consecución de los resultados de aprendizaje. En este sentido, el establecimiento de un sistema de rúbricas basadas en los criterios de evaluación establecidos puede ser de mucha ayuda a la hora de certificar o calificar este logro.
El «Focus 2» introduce un elemento esencial en todo el proceso: la retroacción o feedback al estudiantado, favorecedor del aprendizaje y fundamental para asegurar una enseñanza centrada en el y la estudiante. La retroacción es también un mecanismo de doble dirección, porque permite al profesorado recoger los comentarios de su estudiantado para mejorar la definición de los resultados de aprendizaje y mejorar los métodos docentes y de evaluación que se han desplegado.
El documento también trata la evaluación de los resultados de aprendizaje a escala de titulación y su conexión con el aseguramiento de la calidad. Obtener información sobre el logro de los resultados de aprendizaje del estudiantado es esencial para saber qué funciona y qué no, para identificar las debilidades del plan de estudios y de la estrategia formativa de la titulación y, en consecuencia, para mejorar el rendimiento del estudiantado.[1]
A la hora de establecer la planificación de la evaluación de los resultados de aprendizaje a escala de programa formativo y su mejora, es conveniente considerar los siguientes aspectos:
- Identificación de los resultados de aprendizaje esperados a escala de programa.
- Mapeo de los métodos de evaluación a lo largo del programa formativo.
- Recogida y análisis de los resultados de la evaluación.
- Revisión y mejora del programa formativo.
Para que todo lo descrito hasta ahora tenga éxito, es totalmente necesario que la institución se dote de una política de evaluación que esté alineada con el nuevo paradigma de definición de las enseñanzas universitarias. El «Focus 2» aporta ideas que pueden utilizar las universidades en la definición de esta política. Se aconseja un despliegue gradual y se diferencia claramente entre titulaciones de nueva creación y las que ya están implantadas. Las primeras nacen ya bajo el nuevo paradigma, y tanto la definición de los resultados de aprendizaje como su evaluación se van desplegando paulatinamente desde el inicio. En las titulaciones ya implantadas hay que ser más prudente. Si bien el objetivo es que todos los programas formativos del sistema universitario catalán se adapten a la nueva definición de su perfil formativo, hay que hacerlo de manera que no pongan en tensión innecesariamente las titulaciones. Por eso, es mejor empezar por pocas materias, en las que haya predisposición por parte del profesorado y que abarquen al mayor número posible de estudiantes. A partir de las primeras experiencias, se puede ir corrigiendo el procedimiento y extenderlo al resto de las materias del título. El profesorado implicado en estas primeras experiencias puede acompañar a los demás en el camino hacia la implantación plena.
[1] George Kuh and Stanley Ikenberry, «More Than You Think, Less Than We Need» (National Institute for Learning Outcomes Assessment, octubre 2009).